El propósito del trabajo es comprobar si los contenidos de la evaluación y los modos de afrontamiento que se llevan a cabo ante los ajetreos diarios se pueden explicar a partir de 4 dimensiones de personalidad: afectividad, optimismo, perfeccionismo y alexitimia. Asimismo, se pretende averiguar si los modos concretos de afrontamiento están más influidos por la evaluación concreta que el sujeto realiza sobre la situación, que por estos rasgos de personalidad. Los resultados indican que estas dimensiones, consideradas como factores relativamente estables de la persona, poseen una repercusión clara y poderosa tanto en la valoración que se hace de los acontecimientos, como en la selección de las conductas específicas de afrontamiento. Además, la búsqueda del apoyo social depende sobre todo de estas dimensiones de personalidad y, en mucha menor medida, de los contenidos de evaluación primaria y secundaria de la situación. La evitación está marcadamente condicionada por esas variables de personalidad y sólo de manera moderada por la evaluación. Por último, la utilización de estrategias de solución de problemas, depende por igual de ambos tipos de constructos.